Alrededor de tres millones de trabajadores griegos participaron masivamente de una huelga general contra las medidas decididas por el nuevo gobierno socialista. El 8 de este mes Papandreu anunció un plan de emergencia para reducir el grave déficit del presupuesto nacional y que contempla congelación de salarios, alza de la edad de jubilación, recortes en los gastos públicos de un 10 % y otras medidas.
Grecia se ha comprometido ante la Unión Europea, como parte de la Eurozona de 16 países que tienen una moneda común, debilitada por las crisis de sus países más débiles, a aplicar el programa de austeridad para bajar el déficit y reducirlo hasta el 2,8 en 2012.
Las dos grandes centrales obreras, GSEE y ADEDY, que nuclean a los trabajadores privados y a los del sector público, aseguraron que al menos el 80 % de los obreros y empleados cumplieron la medida de fuerza.
Durante todo el día no hubo aviones, ni tres y el transporte público funcionó de una forma muy reducida, mientras que hospitales, escuelas y universidades prácticamente se paralizaron. También se vieron afectados los medios de comunicación.
En Atenas unas 30 mil personas marcharon por el centro, mostrando carteles de protesta que decían "Los trabajadores no tenemos que pagar la crisis que han creado los bancos", "El pueblo y sus necesidades son más importantes que los mercados"...
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