jueves, 24 de marzo de 2011

VIVIR EN EL AJUSTE SALARIAL PERMANENTE

Las medidas de ajuste salarial se han convertido en el instrumento primordial del gobierno de Zapatero frente a la crisis. Ese es el denominador común de las principales reformas aprobadas en los últimos meses, así como de las que previsiblemente se pondrán en marcha antes del verano.

Una vez consolidados los masivos despidos laborales durante 2009, los ataques de los mercados financieros han empujado desde 2010 a una segunda fase en el ajuste de la masa salarial: la ofensiva contra los salarios directos, indirectos y diferidos. La reducción salarial del 5% a los empleados públicos, así como los recortes en educación, sanidad y otros gastos sociales, se inscriben en esa lógica de cuestionamiento de las distintas dimensiones del salario. También lo hacen la reforma laboral, el denominado “pacto social” así como la reciente propuesta de vincular el crecimiento salarial con el de la productividad.

La reforma laboral de junio de 2010 facilitaba y abarataba el despido, flexibilizándose la justificación del despido objetivo y generalizándose el contrato de fomento del empleo (de menor indemnización). Con ello, se tiende a igualar las condiciones de asalariados indefinidos y precarios, pero a la baja, recortando derechos de los primeros.

Por otro lado, la reforma del sistema de pensiones constituye una agresión de importante calado al salario diferido: para jubilarse a los 65 años con el 100% de la pensión, ahora serán necesarios 38,5 años cotizados en lugar de los 35 anteriores; quienes no lleguen, tendrán que jubilarse a los 67 años (con 37 años cotizados). Además, el periodo de cálculo de la pensión se amplia de 15 a 25 años. No sólo buena parte de la población se jubilará más tarde (especialmente las mujeres y los trabajadores precarios, con cotizaciones más inestables), sino que quienes consigan hacerlo a los 65 cobrarán entre un 8% y un 10% menos.

En la misma línea se sitúa el llamado “pacto de competitividad”, impulsado por los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea. Esta propuesta resulta –aún si cabe– una expresión más cruda y descarnada de ataque salarial. En este caso son los salarios directos los que están en el punto de mira: la propuesta plantea que éstos dejen de incrementarse con la inflación y pasen a hacerlo con la productividad real, lo que supone –de facto– institucionalizar un mecanismo de “ajuste salarial permanente” (el crecimiento anual medio de la inflación en España fue del 3% durante la última década, mientras que el de la productividad real fue del 1%).

Frente a esta batería de medidas antisociales, las grandes centrales sindicales –CC.OO. y UGT– deberían actuar como diques de contención, impidiendo que la crisis fuese repercutida a los y las trabajadoras. Sin embargo, la firma de la reforma del sistema de pensiones –en contra además de la opinión mayoritaria de la población– constituye un enorme error estratégico, dado que no sólo no contribuye a levantar dicho dique sino que, al contrario, corresponsabiliza a estas organizaciones con las políticas de recortes.

El aval de CC.OO. y UGT a dicha reforma ha reforzado la desmovilización, desorientación y desmoralización de las y los trabajadores, quebrando la confianza en las organizaciones sindicales y dilapidando la incipiente acumulación de fuerzas conseguida en la huelga general del 29-S. La pelea contra las políticas de ajuste salarial de este gobierno, y del que venga, será de largo aliento. En ese sentido, hubiese resultado más provechoso para los intereses de la población trabajadora contribuir a organizar, preparar y sostener la movilización social.

Nacho Álvarez Peralta

Investigador del Departamento de Economía Aplicada I, UCM

miércoles, 23 de marzo de 2011

JUVENTUD SIN FUTURO

Nosotras y nosotros, la juventud sin futuro, nos dirigimos a la opinión pública para mostrar nuestro desacuerdo con la política de recortes sociales del Gobierno, y la consecuencia más grave y con mayor impacto en el futuro que estas medidas representan: la juventud más preparada de nuestra historia vivirá peor que sus padres.

La agresión contra el colectivo juvenil en un escenario de crisis capitalista, con una tasa de paro juvenil del 40%, la más alta de la UE, se materializa principalmente en tres medidas:

· La Reforma laboral, que aumenta la temporalidad de nuestros contratos, la flexibilidad laboral y supone la desaparición de la negociación colectiva, convirtiéndonos en trabajadores precarios/as de por vida

· La Reforma del sistema de pensiones, que retrasa la edad de jubilación y reduce la cuantía de nuestras futuras pensiones y nos dificulta aún más encontrar un trabajo digno. Todo ello nos plantea un horizonte sin futuro

· La mercantilización de la Educación pública, que apuesta por la rentabilidad privada, y no por la formación y el conocimiento. Una universidad de élite para una minoría y fábrica de precarios para una mayoría, con medidas que se concretan en una nueva selectividad que pone trabas al acceso a la universidad y en la degradación de la formación profesional.

Somos las y los jóvenes a quienes las élites económicas y las políticas de nuestros gobiernos nos quieren convertir en la generación sin formación ni trabajo ni pensión digna. Aquellos que, además, no tendremos casa en nuestra vida, desde que los especuladores hicieron del derecho a la vivienda un negocio con el que enriquecerse; un modelo de crecimiento económico que ha fracasado y ha generado esta crisis. Hemos tomado conciencia de que las medidas de salida a la crisis económica se han realizado a través de una constante socialización de las pérdidas.

Frente a la salida de la crisis por la derecha, nosotras y nosotros, la generación precaria, señalamos a los culpables y reivindicamos ser escuchados.

Queremos recuperar nuestra capacidad para ser actores de un motor de cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización de nuestra educación. Somos además conscientes de que la movilización y la lucha tienen sentido, pero sobre todo de que son necesarias. Italia, Francia, Grecia o Islandia nos enseñan que la movilización es indispensable. El mundo árabe nos demuestra que la victoria es posible.

Por eso llamamos a un ciclo de movilizaciones que recuperen la voz de la juventud en la calle, y lo hacemos extensivo a la sociedad civil. Nosotras no nos fiamos, sabemos que esto sólo lo solucionamos sin los que causaron esta crisis. Instamos a emprender la movilización colectiva, a reivindicar nuestro derecho a disentir, a reconstruir nuestro futuro.

Los abajo firmantes, estudiantes y miembros de la comunidad educativa, jóvenes trabajadoras y jóvenes trabajadores, movimientos sociales, profesionales de la ciencia, la técnica; mundo de la cultura y de las artes dan respaldo con su firma a este llamamiento a la movilización.

«Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo».

viernes, 18 de marzo de 2011

HUELGA EN HP

Hola compañer@s,


Nos dirigimos a vosotros porque hace un tiempo enviasteis una carta de solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de HP.

Os informamos del momento actual de la lucha por nuestros derechos: El próximo miércoles 30 de Marzo los trabajadores de HP iremos a la Huelga.

La empresa hasta el día de hoy se mantiene intransigente en su posición: Pretende seguir usando los despidos de trabajadores como herramienta de mejora de sus beneficios (2010 fue el quinto con beneficios récord).

Los sobrantes, los deshechos, las piezas de recambio, las plusvalías tenemos nombre y apellidos. Somos cualquiera de nosotros o compañeros que iremos al Paro en medio de la Crisis para que otros se llenen más sus bolsillos. No vamos a permitirlo.

Hemos realizado concentraciones de trabajadores, manifestaciones, protestas en eventos donde esté presente la empresa, recibido apoyo de ayuntamientos, de 97 secciones sindicales o comités de empresa como el vuestro, encarteladas carreteras, polígonos y un largo etcétera. Nada de ello ha sido suficiente para poner freno a la codicia, tan extendida hoy.

Por todo ello, a otras acciones previstas, se realizarán nuevas asambleas de trabajadores en todos los centros de trabajo del estado que culminarán con la Huelga del próximo 30 de Marzo. Si no es suficiente con una, habrán más.

En estos tiempos de aplastamiento a nuestros derechos laborales y sociales, es hora de que los trabajadores nos hagamos respetar de nuevo. En cada pequeña cosa y en cada grande.

El camino de la derrota y la resignación ya lo conocemos sobradamente pero no está en nuestro diccionario. No sabemos si ganaremos, pero lo intentaremos con todas nuestras fuerzas.

Muchas gracias por vuestra solidaridad y aquí seguimos compañeros.

¡NO A LOS DESPIDOS!

http://www.youtube.com/watch?v=u-zMKN6ia1g 3 de Noviembre
http://www.youtube.com/watch?v=5_SfwPlv46U 16 nov de Noviembre
http://www.youtube.com/watch?v=aI8NglM0VfY Concentración Trabajadores 2 Febrero
http://www.youtube.com/watch?v=cGIeHlOH5Sc Concentración Trabajadores 2 Febrero
http://www.youtube.com/watch?v=QSgPTQTDneo Concentración Trabajadores 2 Febrero
http://www.youtube.com/watch?v=C6hj_oGjDNY Manifestación Trabajadores 9 febrero
http://www.youtube.com/watch?v=aWq5QMdhES4 Manifestación Trabajadores 9 febrero
http://www.youtube.com/watch?v=q9OodmF1f4Y Protesta mobile World congress 15 febrero
http://www.youtube.com/watch?v=3zwbcLhHgB8 Protesta mobile World congress 15 febrero
http://www.youtube.com/watch?v=QX7or6acESM Encartelada puentes y centros trabajo 1 Marzo
http://www.youtube.com/watch?v=oNwVIiYQ0CM 2ª Encartelada 11 Marzo
http://www.youtube.com/watch?v=p4IX4KRI1po Concentración contra despidos 11 Marzo

viernes, 11 de marzo de 2011

SIN PERMISO DE (CASI) NADIE. AGUSTÍN MORENO

Soy afiliado de CCOO, hice la huelga del 29 de septiembre y me he manifestado en defensa de las pensiones. Como nadie me ha consultado sobre la firma del pacto de pensiones, decidida desde la dirección, pero sin debate con las bases ni en las estructuras, quiero expresar mi opinión. El contenido del acuerdo se centra en: aumentar la edad legal de jubilación a 67 años, necesitando 37 de cotización para alcanzar el 100% de la base reguladora, y en la exigencia de tres años y medio más de cotización (38,5) para poderse jubilar a los 65 años; y en ampliar los años de cómputo para el cálculo de la pensión de 15 a 25 años, lo que supone un recorte de hasta un punto menos por año (Zubiri), es decir, un 10%, aunque se beneficien algunos.

El contexto viene marcado por varios factores. Una crisis económica fruto de la especulación financiera del capitalismo de casino. Tras inyectar fondos públicos en el sistema financiero y algunas medidas neokeynesianas de reactivación, los neoliberales desataron un vendaval a favor del ajuste y contra los derechos sociales y laborales. En España se concreta en el decretazo que recortó el gasto público, la reforma laboral y ahora el acuerdo de pensiones. La percepción social es que la crisis la pagan los de siempre.

Ya desde 1994, el Banco Mundial planteaba que había que retrasar la edad de jubilación y recortar el nivel de prestaciones para, después, crear el pilar privado. En consecuencia, se puso en marcha una campaña machacona a través de los medios de persuasión masiva.

La huelga general del 29 de septiembre fue muy respetable; participaron millones de huelguistas y de manifestantes contra la reforma laboral y los recortes en pensiones. Que no se les haya pedido opinión puede explicar por qué tres de cada cuatro ciudadanos están en contra del acuerdo a pesar de la intensa propaganda a favor.

Por último, la estrategia sindical de intentar “limitar los daños” ha sido equivocada al ponerse a negociar con un Gobierno decidido a legislar a fecha fija con o sin acuerdo; con un planteamiento de auténtica fuga hacia adelante al incluir todo tipo de materias, pero excluyendo la derogación de la reforma laboral; y quemando las naves al no plantearse movilizaciones serias desde el 29-S, abocándose a firmar lo que hubiera en la mesa.

En cuanto a las consecuencias, obliga a seguir trabajando hasta una elevada edad, pero millones de trabajadores no llegarán activos a los 67 años (la tasa de ocupación de 60 a 64 años es sólo del 32%) por ser despedidos, por problemas de salud, etcétera, y se les aplicarán los coeficientes reductores (un 7,5% por cada año que se jubile antes). Subir el periodo de cotización a 38,5 años pone un listón inalcanzable para muchos trabajadores con carreras laborales inestables por el desempleo y la precariedad, que verán disminuida notablemente su pensión.

A medio plazo, el debilitamiento del sistema de reparto producirá una importante segmentación en la sociedad española: las pensiones públicas se aproximarán cada vez más a las asistenciales y pocas personas podrán acceder a los niveles máximos de pensión del sistema, invitándoseles a que suscriban planes privados.

Los sindicatos no debieron firmar. El grave compromiso asumido por CCOO y UGT les señalará como responsables del retroceso social durante mucho tiempo y con mayor fuerza que al Gobierno Zapatero, institución más efímera. La alarma social creada producirá una ruptura con amplios sectores laborales, de jóvenes y mujeres, que les culparán de sus problemas para alcanzar una pensión digna.

Esta quiebra de la confianza hará muy difícil recurrir a la necesaria movilización ante los ataques a los convenios, a los salarios, a la sanidad. La credibilidad no depende de los programas, sino de las formas democráticas de hacer.

Políticamente, el pacto no va a servir para que el PSOE salve los muebles en las elecciones dado el nivel de derechización e incumplimiento de su programa. Pero tampoco ayuda a las mesas de convergencia ciudadanas, si no extienden su Indignez-vous! a estos ataques al Estado social.

En conclusión, el acuerdo es injusto porque sólo se sacrifican los trabajadores y España tiene un gasto en pensiones inferior a la media europea. Innecesario con un superávit de 64.000 millones de euros y porque hasta 2030 no habría problemas en la Seguridad Social. Y equivocado porque sólo incide en el gasto, no se preocupa de los ingresos ni de una política económica orientada al empleo y al reparto del trabajo. ¿No es preferible que trabajen los jóvenes con 30 años que las personas de 66?

Entre las páginas de un libro he encontrado un panfleto de 1976 de CCOO de la construcción de Madrid, en el que se exigía la jubilación a los 60 años. Es evidente que vivimos un momento difícil. Se necesita un giro estratégico y una resistencia inteligente de recuperación de derechos. Ello pasa por mucha honestidad y coraje, un trabajo duro y más democracia participativa. La izquierda social y política tendrá que construir un pensamiento crítico y alternativas al neoliberalismo. De lo contrario, nada está asegurado y derechos que costaron cien años conseguir se pueden perder en unos meses.

Agustín Moreno es Profesor. Fue Secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras de 1978 a 1996.

Ilustración de José Luis Merino