martes, 27 de julio de 2010

HAY QUE ASEGURAR EL ÉXITO DE LA HUELGA GENERAL



Si el llamamiento a la Huelga General del 29 de septiembre fracasa, no serán exclusivamente los dos grandes sindicatos mayoritarios convocantes los que paguen las consecuencias. El resultado y el seguimiento de la Huelga y la participación en las movilizaciones programadas, constituyen la primera gran prueba de fuego de la resistencia de los trabajadores ante la ofensiva de la oligarquía financiera contra los derechos laborales y sociales. Y determinará, en gran medida, el avance de la política de recortes y el ritmo y la profundidad de las contrarreformas antiobreras y antipopulares.
Por eso se equivocan los que, ignorando la magnitud de los cambios que se están produciendo y ajenos a las consecuencias sociales y políticas de la cada vez más profunda e irreversible crisis del capitalismo monopolista agonizante, mantienen el mismo discurso rutinario de denuncia del sindicalismo pactista de Comisiones y UGT, que durante los últimos decenios han sido en el Estado español el vehículo y el garante de la política de “cohesión social”.
Ciertamente no por su propia voluntad, sino por designio inexorable de los monopolios financieros, que han decidido que ya no están interesados en mantener la “paz social” y por consiguiente ya no los necesitan, los grandes sindicatos de la negociación y los pactos, tal como los hemos conocido hasta hoy, están acabados.
Nadie sabe si sobrevivirán a la programada desaparición de la negociación colectiva, la irrelevancia de los convenios, la desjudicialización y la mercantilización de la relación laboral, que pasará a ser individual y contractual.
Y, sobre todo, son imprevisibles las consecuencias que en esos inmensos aparatos burocráticos producirá el fin de las subvenciones y de las horas sindicales. Así como el efecto demoledor de la nueva legislación restrictiva sobre la actividad sindical en las empresas, los recortes de derechos de los Comités y la separación de las elecciones sindicales del sistema democrático institucionalizado.
Muchos dirigentes sindicales sueñan todavía, a pesar de todo, en que la crisis se superará, la economía y el empleo recuperarán el pulso y su maravilloso mundo de agentes sociales, de liberados y de imprescindibles interlocutores de la patronal y el gobierno, volverá renovado y con nuevos brillos burocráticos.
Pero se equivocan lamentablemente. La oligarquía financiera ya ha decidido, con carácter inmediato e irrevocable, botarlos a la basura como pañuelos usados. De tal manera que sólo les quedan dos opciones: transformarse en un instrumento combativo de la Resistencia Popular contra la ofensiva del capitalismo, y convertirse de garantes de la cohesión social en vehículos de la conflictividad propia de la nueva época, o desaparecer.
Y este derrumbe del sindicalismo institucionalizado, subvencionado, representativo y negociador afectará a todos los sindicatos sin excepción. Y no sería extraño ver como caen, en primer lugar, algunos de los más “revolucionarios”, “asamblearios” o “nacionalistas”, a pesar de sus furibundos y reiterativos ataques verbales contra las políticas reformistas de los mayoritarios Comisiones y UGT.
Todos estos cambios, que se precipitan rápidamente en la medida en que se deterioran las condiciones de vida de los trabajadores, aumenta el desempleo y bajan los salarios, y se destruyen y privatizan los servicios públicos y las prestaciones sociales, obligan a los sindicatos, en paralelo con el ya iniciado proceso de la unidad de acción de los partidos políticos de la izquierda anticapitalista, a trabajar decididamente por la Unidad Sindical como medio de reforzar la capacidad de los trabajadores para frenar la ofensiva de los monopolios financieros, y para frustrar los planes de los oligarcas de hacer pagar al pueblo las consecuencias de la crisis económica que ellos han provocado.
Y ese proceso de Unidad Sindical, tan necesario e inevitable como el de la unidad política, se concreta y se materializa hoy en el llamamiento a la Huelga General del 29 de Septiembre.
Todas las fuerzas y todos los recursos deben agruparse y concentrarse sobre el objetivo de asegurar el éxito de la Huelga. No caben excusas ni reticencias. Todos los partidos de la izquierda anticapitalista, todos los sindicatos mayoritarios o minoritarios, sectoriales o de empresa, todas las asociaciones y colectivos populares, como representantes en los distintos niveles de la lucha y de la resistencia de los trabajadores, los pensionistas, los autónomos y los pequeños empresarios, han de reunir y sumar obligatoriamente sus capacidades de propaganda, de agitación y de movilización para demostrar que el pueblo está unido y organizado para enfrentar, con firmeza y decisión, las agresiones a sus derechos y los recortes salariales y sociales.
Nadie puede quedarse atrás. Ningún grupo ni colectivo que se reclame de izquierdas y que presuma de defender los intereses de los trabajadores puede, bajo ningún pretexto, mantenerse al margen o a la expectativa, observando pasivamente los acontecimientos.
Ahora, más que nunca, la capacidad de Resistencia del pueblo depende de la Unidad en torno al objetivo inmediato de asegurar el éxito de la Huelga General del 29 de Septiembre, que marcará el inicio de una época de conflictos laborales y sociales y caracterizada por la lucha de clases abierta, directa y cada vez menos pacífica, de los trabajadores unidos y organizados contra el sistema capitalista moribundo y por la construcción de la nueva sociedad socialista.
(*) Pedro Brenes es Secretario General del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)

domingo, 25 de julio de 2010

ADMITIDO A TRAMITE POR VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO DE LA COMUNIDAD DE MADRID SOBRE REDUCCIÓN DEL GASTO EN EDUCACIÓN

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha admitido a trámite el recurso contencioso administrativo por vulneración de derechos fundamentales, interpuesto por la FE.CC.OO.- Madrid, contra las medidas adoptadas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid sobre la reducción del gasto público en los presupuestos de educación madrileño.

El Alto Tribunal considera que existen indicios para entender que ha existido una vulneración del derecho fundamental a la libertad sindical, por cuanto no ha existido negociación, ni consulta ni tan siquiera una mera información.

Igualmente, existe una notable violación del principio fundamental de igualdad ante la ley, artículo 14 de nuestra Constitución por reducir únicamente el gasto público en educación, cuando la Comunidad utiliza los fondos públicos para otros menesteres: por ej. : una piedra en la futura ciudad de la justicia, sin embargo con estas medidas reduce la formación de los docentes, suprime las licencias por estudio, reduce a un 65% las licencias sindicales, suspende una paga adicional de incentivos para la jubilación anticipada docente y suspende el pago de vacaciones para el funcionario interino, no pudiendo suplantar a una norma con rango de Ley, como es el EBEP, que ha establecido el deber de negociar con carácter previo estas condiciones de trabajo.

No existe urgente y extraordinaria necesidad, por cuanto esta necesidad debe venir referida, no en una justificación genérica y abstracta, vinculada a la necesidad de tomar medidas de ajuste presupuestario ante la crisis, sino al cumplimiento del deber de negociar estas medidas con las organizaciones representantes de los trabajadores de la enseñanza.


Gabinete Jurídico
Federación de Enseñanza de CC OO de Madrid

jueves, 15 de julio de 2010

VA A SER QUE LA HUELGA NO ES POR DINERO

“Los empleados de Metro tienen que ser solidarios con el resto de empleados públicos y con muchísimos de empresas privadas que se aprietan el cinturón.” -Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid-

Ya sabíamos que los trabajadores de Metro son unos privilegiados y unos insolidarios. Ahora además sabemos que son unos tacaños, y por si fuera poco también unos tontos que no saben ni sumar. Nos lo ha descubierto Esperanza Aguirre, que tras echar la cuenta de la vieja se sorprendió por el rechazo de la última propuesta de la empresa: una bajada de sueldo del 1,5%. Según Aguirre, supondría menos de 30 eurillos mensuales (¡tacaños!), frente a los 100 euros por día de huelga que dejan de cobrar (¡tontainas!).
Claro que cabe otra posibilidad: que los trabajadores de Metro no sean ni tacaños ni tontos, porque en realidad lo importante no es que sean 100, 30 ó 2 euros, sino el hecho central: el incumplimiento del convenio colectivo.
El argumento de Aguirre es reversible: si le damos la vuelta, podríamos preguntarnos cómo es posible que la empresa prefiera un conflicto laboral a cambio de ahorrarse sólo un 1,5% de gasto salarial que bien podrían sacar de otra parte (como de hecho proponen los trabajadores). De modo que para Metro, y para Aguirre, lo importante tampoco son esos 30 euros por barba.
Como temen los trabajadores, la ruptura del convenio sería un peligroso precedente, pero sobre todo echaría por tierra un elemento central de las relaciones laborales. Firmar un convenio suele costar sudor y lágrimas, y los trabajadores hacen sus propias renuncias para llegar a acuerdo. Si ahora queda en papel mojado, aunque sea por 30 euros, con qué ánimo negociarán el próximo. Más en un momento como éste, en que hay una ofensiva ideológica contra la acción sindical y los convenios colectivos, que puede acabar contagiándose a la reforma laboral que salga del Congreso.
La que no es tonta, ya lo sabemos, es Aguirre. Para ella lo de menos es recortar un 5% o un 1,5%. Lo importante es no perder este pulso, no mostrar debilidad. Y sabe que, con servicios mínimos de “normalidad absoluta”, y el verano por delante, el tiempo juega a su favor y presiona contra los trabajadores. Salvo que éstos no se sientan solos. ¿Quién tiene que ser solidario con quién?

FUENTE: El público. http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2010/07/15/va-a-ser-que-la-huelga-no-es-por-dinero/

CAJA DE RESISTENCIA PARA LOS TRABAJADORES/AS DE METRO

Sabéis que el 24 de junio iniciamos un período de movilizaciones contra la ley 4/10 de la Comunidad de Madrid. Éramos conscientes de que el enemigo es duro y el conflicto va a ser largo. En la reunión del Comité de Huelga celebrada ayer a las 7 h., se aceptó llevar a la Asamblea de Trabajadores la propuesta de crear una Caja de Resistencia para paliar, en la medida de lo posible, el desgaste económico que se está sufriendo por parte de muchos trabajadores. Esta caja sería gestionada por los cinco sindicatos que estamos representados en dicho Comité. Se va a abrir una cuenta en una entidad bancaria (que por supuesto no va a ser Caja Madrid, de donde se ha pedido a los trabajadores de Metro que retiren su nómina dada la implicación que tienen con la Comunidad), a nombre de varios de los integrantes del Comité.

La propuesta fue aceptada por mayoría en la Asamblea de Trabajadores.Desde esta sección te pedimos que, si te parece oportuno y te es posible, colabores en mantener la resistencia ante el avasallamiento que desde la Comunidad de Madrid se está haciendo a la negociación colectiva, pisoteando nuestro Convenio.
También pedimos a l@s trabajador@s que colaboren con nuestro boicot a Caja Madrid, si es que tienes alguna relación con ellos. Así como que difundas este mensaje a todos los contactos que te parezcan oportunos.
El número de la cuenta (BBVA) es 0182-4063-30-0201546946.
Salud.

viernes, 9 de julio de 2010

Ruanda: La ONU promueve una gran farsa

La ONU elige a Paul Kagame, “el mayor criminal en activo”, junto a Zapatero, al frente de la lucha contra la pobreza, como ejemplo y modelo para el mundo.
El próximo 16 de julio Paul Kagame, presidente de Ruanda, visitará España invitado por José Luis Rodríguez Zapatero, para preparar la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que tendrá lugar en septiembre de 2010 en la sede de Naciones Unidas (ONU). Zapatero ha sido designado como presidente del grupo internacional que impulsará el efectivo cumplimiento de los ODM y el copresidente, en representación de los países en desarrollo, será Paul Kagame, actual presidente de Ruanda.
Tanto esta designación como la aceptación, invitación y recepción española a Paul Kagame, es una gravísima falta de respeto al pueblo ruandés, al pueblo congoleño, a los españoles asesinados, a la Justicia española, a la paz y estabilidad mundial así como a la propia “institución” de la Organización de Naciones Unidas.
Desde los Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA) os pedimos que avaléis la petición de que el presidente Zapatero cancele la visita de Paul Kagame a España, no se reúna con él, escuche a los familiares de los nueve ciudadanos españoles asesinados, colabore con la justicia española, reclame la paz en la Región de los Grandes Lagos y solicite a las Naciones Unidas, como institución garante de la paz y los derechos humanos, que presione al Gobierno ruandés para que cese en su sistemática violación de los derechos humanos y en sus continuas agresiones al Congo, y lo basamos en los siguientes argumentos:
Desde que Paul Kagame accedió al mando del grupo militar FPR en 1990 y luego a la presidencia de Ruanda en 1994, el conflicto armado por él promovido ha causado la muerte violenta de 5 millones de congoleños y 2 millones de ruandeses, siendo el conflicto más grave y mortífero tras las dos guerras mundiales... Y lo más grave y sorprendente: estas cifras han pasado desapercibidas para la comunidad internacional y los medios de comunicación.Constatamos que la principal causa generadora de este conflicto es el saqueo por parte de su ejército de los ingentes recursos minerales de la República Democrática del Congo: coltán, casiterita, oro, cobre, diamantes... ,tanto directa como indirectamente, a través de grupos armados a los que financia y apoya en beneficio de grandes multinacionales.Así mismo Paul Kagame mandó asesinar a 9 españoles que fueron testigos de masacres realizadas por su ejército sobre población civil indefensa. Amparándose en estas 9 muertes, el Fórum Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos, planteó una querella criminal en la Audiencia Nacional contra la cúpula militar ruandesa. El 6 de febrero de 2008, el juez de la Audiencia Nacional D. Fernando Andreu Merelles, emitió órdenes de arresto internacionales contra 40 altos mandos de esta cúpula militar imputándoles los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, entre otros. El cargo de Presidente le confiere a Kagame inmunidad. Zapatero no se ha dignado entrevistarse con los familiares de los españoles asesinados pero sí parece estar dispuesto a estrechar la mano de Paul Kagame para representar esta gran farsa.
Madrid, 7 de julio de 2010.FEDERACIÓN DE COMITÉS DE SOLIDARIDAD CON ÁFRICA NEGRA - UMOYA
Más información en http://www.umoya.org (especial Ruanda).

lunes, 5 de julio de 2010

Huelga de Metro: Salvajemente Ejemplar


Por Amador Cea - Militante de Iniciativa Comunista
Jueves 1ro de julio de 2010
Los trabajadores del Metro de Madrid se han declarado en huelga. Los que vivimos aquí no hemos tenido que ver las noticias para darnos cuenta: el caos desatado en la urbe durante el martes y el miércoles ha sido una notificación contundente e imposible de ignorar. Retrasos, carreras, atascos, calor, caminatas a pie, autobuses abarrotados, en fin, una ciudad paralizada. Los “metreros” han demostrado que saben golpear, y que golpean duro. Sin embargo, los medios de comunicación han desatado una furibunda ofensiva contra los trabajadores del Metro. En los periódicos, en la radio, en las televisiones, los tertulianos ignorantes y mercenarios, las plumas a sueldo, los vergonzantes líderes políticos, se han dedicado a vomitar infamias: han tachado la huelga de ilegal por incumplir los servicios mínimos. Han calificado el paro de “salvaje”. Han pedido la cabeza de los trabajadores huelguistas, les han acusado de criminales, de violentos, de insolidarios. Este artículo pretende demostrar, de manera razonada y con argumentos jurídicos, cómo la lucha de los empleados del Metro no sólo es legal, sino además imprescindible y ejemplar.
Los hechos son los siguientes: Esperanza Aguirre, amparándose en el Real Decreto-Ley del Gobierno que recortaba el sueldo a los empleados públicos, decidió incluir en la rebaja salarial a los empleados del Metro. Sin embargo, y esto es importante, la norma cercenadora aprobada por el PSOE excluye de su ámbito de aplicación a las empresas públicas que se rigen por un Convenio Colectivo. Metro de Madrid es una Sociedad Anónima participada mayoritariamente por el Ayuntamiento y la Comunidad. Por tanto, los trabajadores del Metro no son funcionarios: tienen un contrato de trabajo por cuenta ajena, negocian los convenios colectivos, etc, igual que cualquier trabajador del ámbito privado. No están sometidos a una relación especial de sujeción para con las Administraciones Públicas. Y, en nuestro sistema laboral, los Convenios Colectivos, o se cumplen, o se denuncian para negociar otros. No se pueden incumplir. Son la ley. Que no se nos olvide: quien viola las normas, aquí, es la Comunidad de Madrid; no los “metreros”.
Los mass-media han acusado a los huelguistas de quebrantar la ley porque, dicen, “han incumplido los servicios mínimos”. Lo que no dicen es lo siguiente: que la norma que regula el derecho de huelga es preconstitucional: se aprobó en la agonía del franquismo y es marcadamente antiobrera. Que la jurisprudencia del Tribunal Supremo (órgano nada sospechoso de bolchevismo) ha determinado que los servicios esenciales son exclusivamente los siguientes: los que garanticen la libertad de las personas; los que garanticen la seguridad de las personas; y los que garanticen los bienes constitucionalmente protegidos. El Metro no pertenece a ninguna de estas categorías. Además, la Comunidad fijó unos servicios mínimos que oscilaban entre el 50% y el 75% de los habituales. Una huelga así no es una huelga, es una tomadura de pelo para los trabajadores. Los huelguistas han demostrado una gran valentía: han cogido el toro por los cuernos, negándose a cumplir unos servicios mínimos que, además de ser ilegales y vulnerar un derecho constitucional, vaciaban de contenido la huelga.
Para terminar, y dejándonos de zarandajas legales (al fin y al cabo, si las leyes prohibieran la huelga, no por ello ésta dejaría de ser legítima; esas leyes son las leyes de los poderosos, no las nuestras) lo que nos han demostrado los trabajadores del Metro de Madrid es que no tenemos por qué agachar la cabeza. Nos han demostrado que los trenes no los conducen los etéreos mercados, ni las lideresas, ni los políticos de turno. El Metro funciona única y exclusivamente gracias a las personas que lo hacen funcionar. Y pasa lo mismo con toda la sociedad: somos nosotros, los trabajadores, los que con nuestro esfuerzo hacemos andar este demencial sistema. No podemos olvidar nuestro inmenso poder. Porque si lo mantenemos en marcha, también podemos detenerlo.
Esta huelga es salvaje, sí: salvajemente ejemplar. Así duele una huelga.
¡Solidaridad con los trabajadores del Metro!
¡Que viva la lucha de la clase obrera!
¡Todos/as a la Huelga General!

domingo, 4 de julio de 2010

Comunicado del Comité de Huelga a los usuari@s de metro



Ante la masiva manipulación informativa que, con motivo de la huelga legítima que estamos efectuando en defensa de lo pactado en nuestro Convenio Colectivo, los trabajadores de Metro nos dirigimos a los usuarios de este medio de transporte y a los ciudadanos en general, pidiendo su comprensión ante estas movilizaciones generadas por la provocación del gobierno de la Comunidad de Madrid, que quiere incumplir nuestro convenio colectivo.
Este Convenio fue firmado por la dirección de Metro y los sindicatos el día 17 de junio de 2009, refrendado por todos los trabajadores de Metro y aprobado por la Comunidad de Madrid.
La lucha de los trabajadores de Metro está centrada, única y exclusivamente, en que se respete la legalidad vigente.
En este país, la negociación colectiva laboral está regulada por la Constitución española de 1978:
“ARTÍCULO 37.
1. La Ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios.”
Así ha sucedido en metro y ha sido escrupulosamente respetado por ambas partes hasta este momento.
La razón que aducen para “saltarse” nuestro convenio es la necesidad de un ahorro de 8 millones de euros en una empresa como ésta en que el despilfarro está a la orden del día en multitud de conceptos: creación de puestos directivos por amiguismo, obras faraónicas que no son necesarias, estaciones en descampados para posibles operaciones inmobiliarias, publicidad innecesaria de un servicio conocido de todos (sólo en esta partida tienen asignado un presupuesto de 10 millones de euros).
Los trabajadores de metro, ante este atraco a mano armada contra la negociación colectiva, llamamos a la comprensión y el apoyo de todos los usuarios de este servicio de transporte, agradeciéndoselo de antemano y pidiendo disculpas por todas las molestias ocasionadas.
EL COMITÉ DE HUELGA DE METRO

COMUNICADO DE LOS VERDES DE LA COMUNIDAD DE MADRID EN APOYO A LA HUELGA DEL METRO. ESCRITO POR DANIEL JIMÉNEZ, SECRETARIO DE COMUNICACIÓN Y MOVIMIENTO

Todo mi apoyo a los trabajadores del Metro de Madrid

Cuando hace un par de siglos, en el nacimiento de la lucha obrera, se popularizó eso que llamamos huelga, surgió también la que es posiblemente la máxima expresión de la solidaridad de clase. De hecho, el único objetivo de toda huelga es conseguir la victoria en un conflicto laboral a través de una incontestable unidad, sólida y sin fisuras, de toda la clase trabajadora.

Pero para que una herramienta como esta triunfe, es indispensable que los trabajadores de otras empresas o sectores que no tengan nada que ver con el conflicto sientan como suyo el problema. Y entiendan además que los culpables de cualquier molestia o conflicto derivado de esta huelga no son los de su misma clase social, sino la patronal o la administración correspondiente.

Pero hoy día parece que estos planteamientos ya están más que olvidados. En un país con nueve millones de pobres, con un 20% de paro y con unos trabajadores que apenas llegan al mileurismo, por lo visto ya no existen las clases sociales, ni por ende la solidaridad de clase. Ahora el trabajador que llega tarde a su jornada por culpa de la huelga salvaje en el Metro piensa que el culpable es precisamente el huelguista, y no el gestor del servicio, esto es la empresa pública Metro de Madrid.

Es más, el trabajador que se siente indignado porque ha perdido un par de horas quiere que el huelguista sea despedido, es decir, pierda su trabajo, que es más grave que perder un par de horas. Si ese trabajador tuviera conciencia de clase, pediría en cambio la dimisión de Aguirre o de su consejero de Transportes.

Y la pediría por una sencilla razón: la Comunidad de Madrid ya sabía la semana pasada que para el martes y el miércoles iba a suceder lo que ha sucedido. Tenía tiempo de sobra para hablar con la EMT , con RENFE e incluso para fletar autobuses privados, cosa que es posible que haga ahora, si vuelven los paros sin servicios mínimos. Es decir, la administración pública, que es la garante del servicio público, pudo haber evitado las molestias a los trabajadores. Pero sencillamente no quiso hacerlo.

El trabajador que no entiende esta huelga tampoco es capaz de reparar en otro hecho esencial. Esta huelga fue propuesta por los sindicatos, pero al final se ha llevado adelante porque la aprobaron la mayoría de los trabajadores en asamblea. Es decir, la inmensa mayoría de los más de 7.000 trabajadores de Metro, que por cierto no son funcionarios, sino personal laboral, y pueden ser despedidos, hicieron esta arriesgada apuesta. No estamos hablando de unos cuantos delegados sindicales, sino de la mayoría de la plantilla. Entonces, cabría preguntarle a ese trabajador desclasado si cree que todos estos miles de trabajadores son sencillamente unos cabrones insolidarios y unos privilegiados.

Por último, el trabajador, que no obrero, que pide la cabeza de los huelguistas no entiende tampoco la distinta posición de fuerza de unos y de otros. Por un lado tenemos a la Comunidad de Madrid, que de forma unilateral, y mediante decretazo, se ha cargado un convenio colectivo recientemente firmado. Por otro lado están los trabajadores del Metro, cuya única opción era comerse el decreto, ya la otra opción, la de la negociación, les fue negada por Aguirre, la cual directamente desprecia a los representantes de los trabajadores.

Actualmente sufrimos una crisis que crearon los ricos y que estamos pagando los pobres. Nada nuevo en el horizonte, así fue desde que hubo patricios y plebeyos. Pero la novedad está en que ahora no hay conflicto entre las dos partes. El patricio vive feliz tras haber conseguido dividir a los plebeyos y ver cómo estos se machacan entre sí y compiten por sus migajas de pan. Y cada vez les tiene que echar menos migajas para que sigan compitiendo, por cierto.

En los últimos meses se han sucedido huelgas y protestas en Francia, Grecia o Italia por los planes de recortes motivados por la crisis. En ninguno de estos países parece que se vaya a conseguir nada. En cambio, unos trabajadores madrileños han conseguido poner en jaque a Esperanza Aguirre, política que representa tal vez mejor que nadie en este país esa forma de entender la política y la economía que nos ha llevado a esta crisis. Si estos trabajadores consiguieran vencer en el conflicto de Metro, sería la primera vez en España, y tal vez en Europa, que se consigue echar atrás esta política de que paguen los pobres por los desvaríos de los ricos.

Pero podría darse la terrible circunstancia de que, a pesar de esta emblemática victoria, los trabajadores no implicados en el conflicto siguieran pidiendo la cabeza de los huelguistas. Esto demostraría que ya hemos salvado los pocos pasos que nos faltaban para llegar a la sociedad orwelliana, y que el trabajador ha dejado de ser un hombre para convertirse en un rehén, pero no de los huelguistas, precisamente, sino de sus propios explotadores.

Yo por mi parte lo tengo muy claro, y sé que a quien tengo que señalar con el dedo por lo sucedido en el Metro es a esos que nos gobiernan, pero que nos han dejado de representar. Y también tengo muy claro que la lucha de los trabajadores del Metro es mi propia lucha, y es la primera de muchas luchas que tienen que venir, si somos capaces de recuperar la dignidad.

Dignidad que a vosotros, trabajadores del Metro, os sobra a raudales. Vuestra fuerza es nuestra inspiración. Vuestro ejemplo es el futuro de todos. Siempre con vosotros, siempre unidos, así sólo podemos vencer. Muchas gracias, de todo corazón.